Darío Brooks
BBC News Mundo
Cuando se produjo el hallazgo de la tumba del rey Pakal, nadie sabía que se estaba realizando uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la arqueología prehispánica.
Era el 15 de junio de 1952. El verano era ardiente en el corazón de la selva del sureste mexicano, pero bajo tierra, en un misterioso pasadizo de un templo maya, el arqueólogo Alberto Ruz y sus ayudantes sentían que estaban en el ártico.
Habían estado trabajando por más de tres años en un estrecho, frío y húmedo túnel, sin saber a ciencia cierta qué buscaban o qué podían encontrar.
Tras un par de golpes de intuición, Ruz y sus acompañantes llegaron hasta una bóveda que había permanecido intacta por más de 1.600 años.